martes, 13 de diciembre de 2011

Dueño se busca...



¿Quién es el "dueño" de la Navidad? ¿El de barba blanca vestido de rojo? ¿El que maneja la tarjeta de crédito? ¿La bodega XX? ¿El pavo relleno?

Hace ya tiempo que estamos en confusión: el único dueño de la Navidad es el Niño recién nacido, el que llegó calladito, de perfil bajo, se diría ahora...como quien no quiere molestar. Ése que fue reconocido sólo por los sencillos, los pastores; por el conocimiento humano representado en los Magos de Oriente, y fue perseguido por el poder, hasta el colmo de exiliarse.

Atrévase a reconocer al Dueño. Vuelva a las viejas costumbres criollas: arme el pesebre en casa. Más chico o más grande, no importa. Permita a sus hijos o nietos que metan la mano en él (correrá el riesgo de que, al lado del burro quieran acomodar un dinosaurio de plástico, pero allí estará Ud. para contarles que, en aquel tiempo, ya no existían). Permítales ver el misterio de la Navidad y reconocer que el centro es ese bebé, chiquitito, con pañales como los que todos hemos usado, indefenso, dependiente de María y de José. Misterio. Dios mismo se anonada (vieja palabra en desuso), evita las luces, el primer plano, la figuración.

Ponga un CD con villancicos, pero no Navidad Blanca o Jingle Bells, de aquellos que vienen en castellano, que los chicos puedan cantar, hay tantos...

Arme el ambiente de Navidad en casa, desde el 8 de diciembre como dice la costumbre, o cuando pueda, pero todos los días un poco; perdónese Ud. mismo muchas cosas (salvo los vencimientos bancarios, que no perdonan, hay tantas cosas que pueden dejarse de lado...) si Ud. se perdona a sí mismo muchas falsas obligaciones estará más dispuesto a perdonar a los demás. De ese perdón y el contacto con los niños, vendrá solita la paz, porque Ud. estará en paz.

Seamos originales, volvamos a los orígenes. Hagamos las cosas de ayer como se hacen hoy, sin necesidad de tarjetazos, sólo con un poco, muy poco, trabajo personal...y mucho amor por lo que se hace.

Pero lo primero, es lo primero; reconozcamos al Dueño de la Fiesta, Jesús, Nuestro Señor.

Entonces sí, verá Ud. que es cierto lo de FELIZ NAVIDAD.


Es el deseo de la Comunidad Religiosa y el Equipo Directivo del Nivel Secundario del Colegio San José

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