sábado, 10 de septiembre de 2011

Feliz día del Maestro


Queremos compartir con Uds. estas palabras que pronunció la Madre Paula, Superiora General de la Congregación Hijas de Nuestra Señora de Luján en el último Encuentro de Directivos que tuvo lugar el pasado sábado 3 de septiembre, porque hacen alusión directa a la labor docente:



"Saludo cordialmente a todos ustedes, queridos educadores, en este día.
Deben sentirse sostenidos por una gran esperanza y una fuerte confianza.
En este día viene bien recordar que todos los que trabajamos en una Comunidad Educativa tenemos una única opción: llevar a los chicos por el camino de la luz y no por el de las tinieblas.
Las propuestas de las tinieblas están al alcance de las manos: las tinieblas de la media verdad, del abandono, del atajo fácil, la propuesta del alcohol, de la droga... todo eso es tiniebla. Nosotros, que trabajamos en educación luchemos para que cada chico y chica abran su corazón a la luz, aunque pueda costarnos algunas dificultades...
Esto hoy no es fácil. Lo saben todos ustedes. Lo sabemos todos.
Como educadores, sin lugar a dudas, vivimos la complejidad de un tiempo que nos desafía, exige y, de alguna manera, genera sensación de desorientación y desborde.
Demasiadas incertidumbres y dudas reinan en nuestra sociedad y en nuestra cultura; los medios de comunicación social transmiten demasiadas imágenes distorsionadas. Así resulta difícil proponer a las nuevas generaciones algo válido y cierto, reglas de conducta y objetivos por los cuales valga la pena gastar la propia vida.
Por eso, cuando se sientan decepcionados del resultado de su tarea educativa, no deben desesperarse. No tengan miedo, tengan siempre un concepto elevado y grande de su importante trabajo, a pesar de las dificultades, las incomprensiones, y las desilusiones que experimentan seguramente con demasiada frecuencia.
También Jesús fue rechazado por los de su pueblo de Nazareth. Uno es el que siembra y otro el que cosecha en la viña del Señor. Nada es inútil, nada se pierde, todo tiene un valor, aunque no experimentemos los frutos inmediatos.
Sería muy pobre una educación que se limitara a dar solamente nociones e informaciones, dejando de lado la gran pregunta acerca de la verdad y el sentido que deben guiar toda la vida. Somos auténticos educadores, en estrecha sintonía con los padres de familia; se nos ha encomendado el noble arte de la formación de la persona. Por eso, también en nuestro tiempo "Educar en el bien es posible, es una pasión que debemos llevar en el corazón, es una empresa común a la que cada uno está llamado a dar su contribución."
Por eso los aliento a asumir con alegría la gran responsabilidad que el Señor les encomienda, para que la gran herencia de fe y cultura, que es la riqueza más verdadera de nuestro pueblo, no se pierda en el paso de una generación a otra, sino por el contrario, se renueve, se robustezca, y sea una guía y estímulo en nuestro camino hacia el futuro.
Alimentemos nuestras razones para educar, que siempre tendrán que ver con Aquél que nos llamó a la misión y que permaneciendo junto a nosotros hará que podamos estar "atribulados, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados."
Agradezco y valoro mucho, el trabajo y esfuerzo de cada una de ustedes.
Conozco sus expectativas, sé de sus entregas, comparto sus búsquedas, aprecio sus esfuerzos por educar y hacer presente el Evangelio dignificante de Jesucristo en nuestras comunidades.
Que María Santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján, nos cobije bajo su manto, y nos sostenga en el servicio educador en esta compleja hora de la vida de nuestra bicentenaria Nación".
Madre Paula Schefer
Superiora General

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